La profundidad es otra Cara


La música, al igual que el arte son enigmáticas y muy profundas, cada pieza tienen un trasfondo más allá de lo esperado, en toda obra artística literaria, gráfica o musical, la magia se convierte en lenguaje y cada autor siempre intenta mostrar una cara que antes tenía oculta...

De ésta manera en silencio gritan y en la soledad conversan con el mundo, es muy extraña ésta característica, prácticamente casi impensable. Para un músico, cada nota habla por él y muestra lo que tal vez él jamás se atreverá a decir con las palabras.

Mozart, tuvo la desgracia de ser un genio musical a una edad en la que casi nadie lo toma en serio, así vivió una melancolía total por creer que únicamente servía para defraudar expectativas; razón suficiente para teñir de hastió una vida.

Así fue como el niño genio paso el tiempo buscando un dogma de fraternidad que no pudo encontrar en la comunidad eclesiástica. Ésta búsqueda lo llevo a encontrarse con la masonería, la cual al estar constituida como el centro del pensamiento ve en la fraternidad y ayuda mutua un foro para promover sus intelectos.

Después de encontrarse con los masónicos, Mozart vive una paz y libertad que jamás había experimentado

Finalmente el talentoso genio de Salzburgo dedica una de sus más grandes obras a la secta masónica componiendo “la flauta mágica” como una representación de múltiples rituales masónicos.